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jueves, 7 de julio de 2011

POR PEDIR QUE NO SEA, EA.

  
   Si el silencio es compartido experimentas algo cercano a la paz. Para escuchar tus pensamientos no hay mejor compañía.
   Hace un siglo la gente sabía disfrutar más de él: pintaban al óleo, practicaban escalas al piano, plasmaban sus inquietudes en diarios, horneaban tartas caseras, hablaban con la Naturaleza de tú a tú. 
   El runrún es ese aliento en la nuca que presientes. Y además le huele la boca.
   Los bilderberg de la vida han trocado nuestras conciencias por electrodomésticos y otro utensilios a pilas. ¿Cuánto tiempo hace que no intentas resolver un origami, que no ideas sombras chinescas o no juegas con tus hijos a representar una obra de teatro?
      La Sociedad del Bienestar es el mayor engaño del siglo XX (bueno eso, los vídeos beta y el transporte Segway). Nos han hecho creer que la soledad es perniciosa y que la Ley del mínimo esfuerzo y la no acción es el mejor invento, el mayor de los tesoros. Y una mierda.
     Un favor os pido: cerrad los ojos e imaginad en qué utilizaríais el tiempo si no hubiera electricidad.  Personalmente elijo una buena lectura bajo la tutela de un árbol centenario. Y al lado de mi mujer.
 Por pedir que no sea, ea.

Javier G. Rey

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