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lunes, 10 de enero de 2011

¿POR QUÉ LEO?

Hemos empezado el año con el concurso ¿POR QUÉ LEO? ( en pestaña Foros de nuestro CLUB de Facebook disponéis de toda la información)
Me apetecía mucho participar aunque no opto al premio porque estaría feo muy feo dármelo a mi mismo... : p.
Bromas aparte, comparto mi texto con vosotros:
 
“   De pequeño cayeron en mis manos poesías de Gloria Fuertes, fábulas de Iriarte, cuentos de Disney, libros de curiosidades animales, un manual del perfecto espía y un ilustrado de armas y batallas famosas; además de los de lectura obligatoria del cole: “Ivanhoe“, “20.000 leguas de viaje submarino”, “Miguel Strogoff”, “Un yanki en la corte del rey Arturo”. Hasta aquí había leído por disciplina o por aburrimiento pero nunca por necesidad o placer.

   Recuerdo el sillón marrón con brazos de madera de al lado de la pequeña biblioteca de mi padre. Allí, de la mano de Sherlock Holmes, atravesé por primera vez el umbral de la lectura. Las tardes, después de un sándwich de foie gras y un vasito de zumo, se llenaban de huellas, olor a tabaco de pipa y mayordomos sospechosos. Mi cuerpo permanecía paralizado frente a las fauces de un tomo grueso de tapas duras hasta que la luz que entraba por la terraza disminuía y daba paso a las farolas de la calle.
  
   Leo porque mientras mi cuerpo descansa mi mente trabaja. Y se evade, se ensancha, se libera, se ordena, se limpia. Y crece, se divierte, se entretiene, se relaja y disfruta.

  
   Abrir un libro es introducir la llave a un mundo nuevo. Pasar la página es abrir una puerta. Leerla es dar el primer paso de un camino, un recorrido, una experiencia, una aventura, un viaje,

   Leo porque los libros están para eso, para ser leídos. Lo mismo que una puesta de sol para ser contemplada, una fragancia para ser recordada, un clamor para ser atendido, un vino para ser descorchado y una vida para eso, para ser vivida.

   Leo para vivir más intensamente.

   No se me ocurre otra manera para galopar sobre un corcel de Rohan, sufrir los celos de Júpiter, escapar de la mafia rusa, sentir bombarderos sobre mi cabeza, cazar con sílex, recordar a personas que no conocí, llorar a los muertos que jamás vivieron, embarcar en la Bounty, el Nautilus o en la Santa María.

   Leo porque me gusta.

   Leo porque si no reviento“.

   Fdo.
   Javier G. Rey

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